Llevamos casi un año evaluando si el proyecto de Microsoft Corp. (MSFT) de añadir ChatGPT a su buscador Bing ha cambiado algo en la gran lucha contra Google. No es ninguna sorpresa saber que no lo ha hecho: la cuota de mercado de Bing en las búsquedas en internet prácticamente no se ha movido.
En realidad, cuando la mayoría de nosotros pensó por última vez en Bing, por no hablar de usarlo, fue en el pasado mes de febrero, cuando Satya Nadella, CEO de Microsoft, se presentó ante los principales medios de comunicación, orgulloso y seguro de que la batalla había empezado de verdad. “Hoy es un nuevo día en las búsquedas”, declaró al Financial Times. Sus acciones subieron un 4%.
¿Se lo ha creído Nadella en serio? Yo lo dudo. Algunos meses más tarde, testificando ante un juzgado como parte del proceso antimonopolio entablado contra Google, ofrecía una postura más creíble: “Pese a mi optimismo por el nuevo enfoque de la inteligencia artificial, estoy bastante preocupado por la posible intensificación de este círculo vicioso en el que estoy atrapado.”
De esto se desprenden un par de cosas. Primero, tendríamos que hacer jurar a los CEO de las compañías tecnológicas con mayor frecuencia. Segundo, la función de la inteligencia artificial, por muy buena que sea, no es ninguna solución milagrosa que permita dar un giro a un producto en crisis. Los clientes no acudirán masivamente a un producto que de repente ha sido mejorado con IA, ni se apartarán de su rutina para acoger nuevas herramientas de IA independientes en su vida cotidiana y en su trabajo. Los hábitos son difíciles de cambiar, especialmente cuando están condicionados por factores adicionales, como el pago de US$18.000 millones al año de Google a Apple Inc. (AAPL) para asegurarse de que sea la opción por defecto en su iPhone.
Por lo general, las personas no se molestan en agregar más tecnología a su día a día a menos que se vean obligadas, ya sea por un beneficio enorme o por la necesidad de ganar un sueldo. Esto se aplica incluso si eres el producto tecnológico del que más se habla en una década: las visitas a ChatGPT a través del propio sitio de OpenAI han caído de un máximo de 1.800 millones en mayo de 2023 a alrededor de 1.500 millones en diciembre, según datos de SimilarWeb.
La tienda GPT recientemente lanzada por OpenAI, donde los usuarios y las empresas pueden crear y compartir bots personalizados, podría brindar una utilidad diaria muy necesaria. Si en 2023 se trataba de descubrir el potencial de la IA, en 2024 se tratará de encontrar su propósito. Los inversores harían bien en prestar atención a dónde se están aplicando hábiles toques de IA a los productos que la gente ya utiliza. Seguir Leyendo..
Fuente: Diario Digital Cubadebate.
Últimos Comentarios