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Muere 2do hombre que recibió trasplante de corazón de cerdo

Muere 2do hombre que recibió trasplante de corazón de cerdo

Por: AP 1 Noviembre 2023     ARCHIVO – En esta foto suministrada por la Escuela de Medicina de la Universidad de Maryland, se ve a Lawrence Faucette acompañado por su esposa, Ann, en el hospital universitario de Baltimore, Maryland, en septiembre de 2023, antes de que le trasplantaran un corazón de cerdo. (Mark Teske / Associated …

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Un mes después de un trasplante de corazón porcino, paciente no muestra señales de rechazo

Corazón de cerdo

Por: AP 21 Octubre 2023 0   Lawrence Faucette estaba a punto de morir por insuficiencia cardiaca y no era elegible para un trasplante de corazón tradicional debido a otras complicaciones de salud cuando los médicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland le ofrecieron esa cirugía altamente experimental. Foto AP   …

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¿Una niña llamada Anestesia?

Abundan las listas con nombres raros puestos a recién nacidos. Pero la bebé venida al mundo en el Hospital de Edimburgo, el 9 de noviembre de 1847, probablemente fue la primera —¿y la única?— a la que le pusieron por nombre Anestesia. Tomó tal decisión su madre agradecida luego de que el renombrado ginecólogo y obstetra James Young Simpson (1811-1870) optara por probar en ella los efectos del cloroformo para ayudarla en el parto, erigiéndose así ese médico escocés en el primero en administrar anestesia con cloroformo en el planeta, pionero en el alivio de los dolores de parto y en la anestesia obstétrica. Dr. James Young Simpson. Foto: Tomada de alamy.es Hasta aquí la historia que ha sido repetida incontables veces, incluyendo en su difusión a algunas publicaciones científicas, pero no es verdad que a la beba le pusieran Anestesia. Con esta anécdota fue coloreada la biografía del eminente doctor Simpson —también profesor de la Universidad de Edimburgo y a quien debemos otros significativos aportes en el campo de la obstetricia—, publicada en 1896 por su hija Eve Blantyre. No hacía falta tal agregado porque la carrera del afamado doctor brilla por sí sola. Y en el uso del cloroformo, vale apuntar que no solo fue el primero en emplearlo con fines médicos en humanos, sino que, apelando realmente a métodos poco ortodoxos, antes de hacerlo, decidió experimentar por él mismo sus efectos. El parto sin dolor no era conocido antes del cloroformo como anestésico. Imagen: Tomada de billiken.lat El cloroformo ya databa de 1831 y sus características anestésicas habían sido probadas en animales, pero hasta ese momento ningún galeno había osado emplearlo en sus pacientes por temor a posibles efectos desconocidos. Pero este científico no tuvo miedo y junto a dos colegas, los también doctores George Keith y James Matthew Duncan, el 4 de noviembre de 1847, inhaló cloroformo quedando los tres inconscientes toda la noche. Sin saberlo, de haber inhalado una dosis mayor, hubieran estado en peligro mortal, pero, por suerte, a la mañana siguiente volvieron en sí convencidos de la poderosa ayuda médica que podía significar el cloroformo. La historia de la niña que no se llamó Anestesia No había pasado una semana de aquel riesgoso experimento cuando el doctor Simpson decidió realizar el primer parto bajo cloroformo. Simpson nunca mencionó el detalle de que a la niña le hubieran puesto tal nombre, a pesar de ser abundantes sus publicaciones y correspondencia. Tan meticuloso era, que al día siguiente de haber practicado ese singular parto, dio cuenta de los detalles en la reunión de la Sociedad Médico-Quirúrgica de Edimburgo, y luego lo multiplicó en dos revistas médicas de la época bajo el título Relato de un nuevo agente anestésico, como sustituto del éter sulfúrico en cirugía y partería. Antes del cloroformo, la anestesia inhalatoria era con éter sulfúrico. Imagen: Tomada de drlancina.blogspot.com Según el propio doctor, su paciente había tenido un primer y complicado parto de tres días de duración, por lo que estaba muy ansiosa ante este segundo alumbramiento, que se le había presentado dos semanas antes de lo previsto. Luego de tres horas y media de iniciadas las contracciones, el médico había vertido media cucharadita de cloroformo en un pañuelo enrollado en un embudo y repitió igual dosis unos 10 minutos después. Veinticinco minutos después del inicio de la anestesia, la madre, inconsciente, había dado a luz a un bebé sano. Fue tanta la alegría de la mujer que no creía haber dado a luz, pero su agradecimiento no la llevó tan lejos como para llamar a su niñita con el nombre de Anestesia. Así lo corroboró el hijo de aquella niña nacida del primer parto bajo cloroformo, en una carta enviada en 1948 al periódico escocés The Scotsman. En la misiva aclaraba de una vez y por todas que su madre no se llamaba Anestesia sino Wilhelmina (Guillermina), fallecida en 1910. La parturienta que había recibido el cloroformo, la mamá de Guillermina, se nombraba Jane Carstairs, esposa del Dr. William Carstairs, un médico retirado del Servicio Médico Indio. “Anestesia” y “St. Anestesia” eran apodos cariñosos que Simpson le había puesto a la bebé, precisaba el texto. Wilhelmina Carstairs, la bebé Anestesia. Imagen: Tomada de Anesthesiology, revista de la Sociedad americana de Anestesiólogos Cuba, entre las primeras Demasiados calendarios se han deshojado desde entonces para saber cómo sobrellevó la vida aquella criatura, no llamada pero sí apodada Anestesia -también señalada como la bebé cloroformo. Pero lo que ha sido imposible de olvidar, aun con el paso del tiempo, son los meritorios aportes a la medicina del médico escocés, entre los cuales se inscribe el uso del cloroformo como anestesia con fines quirúrgicos, cuya repercusión mundial fue inmediata. Foto: Tomada de adaarc.org.ar Tan rápido circuló la buena nueva, a pesar de algunos escollos, que solo tres meses después de aquel primer parto bajo anestesia, en Cuba se realizaba la primera operación empleando cloroformo. Fue el doctor Nicolás José Gutiérrez Hernández (1800-1890) el pionero. Además de haber sido el fundador de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana y también de la primera revista médica cubana: Repertorio Médico Habanero, aparecida en noviembre de 1840, a él corresponde el mérito de introducir en Cuba, y, hasta donde se tiene evidencia, también en Latinoamérica, la anestesia por inhalación de cloroformo. En el memorando “Noticias concernientes a la historia de la medicina en la Habana”, que remitiera el Dr. Gutiérrez Hernández a la Academia de Ciencias Médicas, da cuenta, sin señalar fecha exacta, de haber sido el primero en utilizar la anestesia por inhalación de cloroformo, el cual había obtenido del Dr. Luis Le Riverend, para la ablación de un cáncer en pecho a la hermana política del Conde de Fernandina. El doctor Nicolás José Gutiérrez Hernández fue discípulo de Don Tomás Romay. Foto: Tomada de scielo.sld.cu El 13 de febrero de 1848, el Diario de la Habana informa que se había comenzado a hacer uso del cloroformo en la capital de la Isla. Entre los antecedentes de la novedad del cloroformo como anestésico, es importante recordar que el odontólogo estadounidense William Thomas Morton (1819-1868) había realizado la primera demostración pública de la utilización del éter como anestésico en octubre de 1846, en el Massachusetts General Hospital, en Boston. Imagen: Tomada de okdiario.com Dicha práctica se posicionó muy rápido en países europeos como Gran Bretaña, Francia y España. Cuba tuvo la primicia en Latinoamérica, protagonizada por el destacado científico, médico cirujano, y también patriota espirituano Don Vicente Antonio de Castro y Bermúdez. Ocurrió el 11 de marzo de 1847, en el Hospital de San Juan de Dios, La Habana. Imagen: Tomada de revanestesia.sld.cu

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