“El agua de beber debe hervirse de tres a cinco minutos si se quiere evitar el parasitismo intestinal, pues ese recurso es de muy mala calidad en el territorio, y son tan resistentes los huevos de los parásitos que ni el proceso de cloración resulta efectivo”, alerta Ricardo Horsford Saing, especialista en Gastroenterología, en el Hospital Pediátrico Pedro Agustín Pérez, de la ciudad de Guantánamo.
Explica el galeno que, entre los parásitos de más alta incidencia en los niños, están la giardia lamblia, el áscaris lumbricoides, la ameba histolytica, el enterobius vermicularis (oxiuro), el necator americanus y el ancylostoma duodenale (el más frecuente).
“Del 7 de marzo al pasado 6 de abril, por solo citar un ejemplo, fueron entubados 51 niños y el 100 por ciento de ellos fue diagnosticado con parasitismo intestinal”, precisó.
Al decir del especialista, las malas prácticas de higiene en el infante: bañarlo y cepillarle los dientes con agua sin hervir; en el uso de los chupetes (o, en su lugar, chuparse los dedos), y la ingestión de alimentos de dudosa procedencia, entre otras, son las principales causas de esa infección.
Síntomas frecuentes: dolor y distención abdominal, náuseas, vómitos, diarreas, inapetencia, no aumento de peso, lo cual puede ocasionar desnutrición, así como síndrome de mala absorción intestinal.
Recomendó mantener la higiene personal y del hogar, el lavado frecuente de las manos, el adecuado manejo de los utensilios del menor, así como evitar que anden descalzos, pues esa es otra vía de adquirir la patología.
Exhortó a realizar chequeos sistemáticos y, en caso de ser diagnosticado con parasitismo, cumplir con el tratamiento indicado, “los medicamentos que tenemos para ello son efectivos”. Pero lo más importante -dijo- es tener percepción del riesgo, y que el menor no lo contraiga, y en el peor de los casos llegue a complicaciones severas que pueden dañar a otros órganos.
Tomado del Periódico Venceremos
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