Llega el tercer domingo de junio y en casa todos preparan el agasajo. Es el Día de los Padres, y por extensión -por amor y reconocimiento y presentes que se entregan- de los abuelos, tíos, hermanos mayores, padrastros…
Todos se vuelcan ese día al homenaje al Padre que además de trabajar intenta estar lo más cerca posible de la familia, el mayor tiempo posible, con el amor de quienes construyen y mejoran dando de sí.
Porque no se ve en la calle solo a padres preocupados, tensos por el trabajo, apurados, seriamente concentrados en lo que hacen. Como muestran las fotos y otras imágenes que vemos a diario en toda Cuba, los papás también abrazan y dan besos, acompañan a la escuela o al ballet, el kárate, el béisbol o a la playa. Los papás también dan y necesitan amor; son fuertes, pero también tiernos. Sus cualidades, como decía Martí, quedan en el espíritu de los hijos.
Fuente: Cubadebate.cu
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