Médicos y enfermeras de la familia, imprescindibles en el combate contra la COVID-19

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Fuente: Granma

Medios de prensa por todo el mundo lo reconocen: los médicos de familia son cruciales en el enfrentamiento a la COVID-19. Entre 2020 y 2021, las sociedades de medicina han destacado que forman parte de la caja de herramientas diaria de la medicina familiar, el abordaje de los problemas relacionados con las comorbilidades, como el diagnóstico, los protocolos de tratamiento, las consecuencias, las vulnerabilidades, las contraindicaciones, y la polifarmacia.

Este 4 de enero, justamente, Cuba celebra el aniversario 38 de la creación del Programa del Médico y la Enfermera de la Familia, «imprescindibles en el combate contra la COVID-19», según palabras emitidas hoy en Twitter por el vice primer ministro de la República, Jorge Luis Tapia Fonseca, quien transmitió un reconocimiento a esos guardianes de la Salud y agradeció «al salubrista mayor, Fidel, por crear un modelo de Salud que nos enorgullece».

También el ministro de Salud Pública, José Angel Portal Miranda, transmitió una felicitación a los médicos y enfermeros de la familia, pues honran las palabras de Fidel cuando dijo «…nunca una idea o un programa de Salud se desarrolló tanto y tan rápido, ni ha producido tantos frutos, como esta idea y este programa del médico de la familia».

Este Programa fue creado en 1984 con el objetivo de garantizar la atención médica integral a los individuos, el núcleo familiar, la comunidad y el ambiente. De acuerdo con una publicación del Ministerio de Salud Pública, la estrategia comenzó por el Policlínico de Lawton, en el municipio capitalino Diez de Octubre, conformada por diez dúos de médicos y enfermeras, quienes constituyeron los primeros equipos básicos de Salud que laboraron en los consultorios médicos de la familia.

Esa experiencia se extendió rápidamente al resto del territorio nacional y, antes de finalizar 1984, ya trabajaban 237 médicos de familia, cifra que en los primeros seis años se elevó a casi 12 000 y se fue incrementando notablemente hasta cubrir en 2021 unos 11 200 consultorios y dar cobertura con equidad a todo el pueblo cubano.

La investigación Desafíos para los médicos de familia ante la pandemia de COVID-19, publicada en la Revista Médica Electrónica, disponible en Infomed, señala que como parte del protocolo nacional contra la COVID-19 el rol de estos profesionales está muy claro. 

La investigación Desafíos para los médicos de familia ante la pandemia de COVID-19, publicada en la Revista Médica Electrónica, disponible en Infomed, señala que como parte del protocolo nacional contra la COVID-19 el rol de estos profesionales está muy claro. 

El médico familiar debe establecer consultas de clasificación para atender a los pacientes con enfermedades respiratorias agudas; de esta manera se evita el contacto con los demás pacientes que acuden con otros problemas de salud.

Asimismo, debe insistir en las medidas preventivas y tratar los casos sospechosos y confirmados, mantenerse actualizado, realizar pesquisa activa de los casos, garantizar la atención de las personas que se encuentran en los centros de aislamiento, e investigar cada una de las características de la enfermedad. 

Durante este tiempo de pandemia, indica el texto, los médicos y enfermeras de la familia han mantenido una atención individualizada, realizando ingresos domiciliarios a los casos que lo requieren, evaluación sicológica, clínica y nutricional de cada uno de ellos.

Además, han atendido los casos sospechosos o contactos de infectados en los diferentes centros de aislamiento, y han cumplido su labor en las áreas y comunidades sometidas a cuarentena por haber ocurrido eventos de transmisión local abierta de la enfermedad.

Mientras, otros especialistas han asistido o trasladado enfermos, o dado seguimiento a los que recibieron el alta médica y debían mantenerse bajo vigilancia epidemiológica junto a sus familiares, entre otras acciones.

La investigación publicada destaca, también, que otras contribuciones de estudiantes y profesores, junto a médicos y enfermeras de la familia, en la prevención de la COVID-19, fueron la entrega del medicamento homeopático PrevengHo®Vir, la participación en la intervención poblacional relacionada con la aplicación de una dosis de refuerzo de la vacuna cubana VA-MENGOC-BC® a 19 000 personas en las que debe estimular la inmunidad innata, en el tercer estudio de validación con tecnología SUMA (Sistema Ultra Micro Analítico) de la determinación de Inmunoglobulina G, y en la realización de la prueba de biología molecular RT-PCR (reacción en cadena de la polimerasa en tiempo real), que permite la confirmación de la enfermedad.

A la par, han debido mantener activo el programa en cada uno de los consultorios del médico y la enfermera de la familia y policlínicos, la promoción de la salud, la prevención y control de otras enfermedades transmisibles y no transmisibles, los resultados de los programas de Atención Materno-Infantil y de Atención Integral al Adulto mayor, así como la asistencia médica primaria de calidad.

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