Categoría: Nacionales

Cuadrando la Caja: ¿Cuáles son los fundamentos económicos que refrenda la Constitución de la República?

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TRANSCRIPCIÓN DEL PROGRAMA CUADRANDO LA CAJA 
EMISIÓN NO. 30

“Fundamentos económicos de la Constitución cubana”

22 DE ENERO DE 2023

 

Laura Prada: Bienvenidas, bienvenidos esto es Cuadrando la Caja, un espacio para debatir desde el socialismo sobre los temas económicos que más preocupan y ocupan a nuestro país.

Yo soy Laura Prada y hoy estaremos hablando sobre los fundamentos económicos que recoge la Constitución Cubana.

¿Qué marco establece para el desempeño y las transformaciones de la economía?¿Cuál, y por qué es el papel que se le otorga al estado?¿Qué implica que los actores económicos tengan similares condiciones? ¿Por qué es la empresa estatal socialista el sujeto principal de nuestra economía?

Para responder a estas y otras interrogantes nos acompañan la Doctora en Ciencias Jurídicas Johana Odriozola ella es viceministra de Economía y Planificación, diputada de la Asamblea Nacional del Poder Popular y miembro de la comisión redactora de nuestra Constitución. Bienvenida.

Dr. C. Johana Odriozola Guitart: Gracias, buenas tardes.

Laura Prada: Igualmente nos acompaña el Doctor en Ciencias Ayuban Gutiérrez, él es profesor de la Facultad de Economía de la Universidad de La Habana, le doy la bienvenida.

Dr. C. Ayuban Gutiérrez Quintanilla: Gracias.

Laura Prada: Y la profesora y Doctora en Ciencias Jurídicas Martha Moreno Cruz, ella es decana de la Facultad de Derecho y fue asesora a la comisión redactora de la Constitución, le doy la bienvenida.

Dr. C. Martha Moreno Cruz: Muchísimas gracias.

Laura Prada: Bienvenidos los tres al programa y con algunas de estas interrogantes ya sobre la mesa, iniciamos el programa de hoy.

(Se transmite collage de opiniones de estudiantes y profesores de Derecho de la UH sobre los fundamentos económicos en la Constitución)

Laura Prada: Escuchábamos a jóvenes estudiantes y profesores de la facultad de Derecho que nos daban un acercamiento al tema del programa de hoy.

Y ahora iniciamos. ¿Por qué hacer ley los fundamentos económicos del país? Cuando digo ley, me refiero a ponerlos en la Constitución. ¿Es esto una práctica extendida en el mundo? profesora Marta, bienvenida nuevamente.

Dr. C. Martha Moreno Cruz: Bien, bueno, sí, en las constituciones de los diferentes países generalmente, está lo que se conoce como constitución económica, donde recogen los principios, los valores, que sustentan el modelo económico existente en cada uno de esos países, de acuerdo a ese sistema económico imperante, por supuesto varían esos contenidos en sistemas de corte más capitalistas, liberales, predominan sobre todo en esas constituciones temas como el libre, la libre competencia, la libre empresa, la iniciativa privada, como elemento esencial el principio a partir de esa iniciativa privada que el estado entra, o las empresas públicas, cuando realmente esa iniciativa privada es insuficiente, no alcanza, son cuestiones fundamentales y por supuesto, en otros países como el nuestro, a partir de nuestra Constitución, promulgada en el 2019, nuestro proyecto económico social que refleja, está en consonancia con nuestra conceptualización del modelo económico, con los lineamientos que fueron aprobados y por supuesto respaldada en todo el proceso de consulta y referéndum con más del 86%.

En esta Constitución hay, se define nuestro proyecto económico, social, nuestros principios, nuestros valores y fundamentalmente ahí se recalca que como contenido básico, la propiedad socialista de todo el pueblo, sobre los medios fundamentales de producción y la dirección planificada de la economía, como elementos fundamentales.

Aunque también se introducen de manera novedosa a partir de las transformaciones de este modelo económico, cuestiones como el reconocimiento del mercado pero controlado a través de la planificación, se reconoce la propiedad privada como una de las formas de propiedad, pero como ya dijimos, la propiedad principal, esa propiedad socialista sobre los medios fundamentales de producción y se reconoce también ese principio de complementariedad, nosotros hablamos en esta materia, entre los diferentes actores económicos o se reconocen a partir de la ampliación de las diferentes formas de propiedad que también están reconocidas y ahí, en esa ampliación de los actores decimos la complementariedad porque, aunque como ya se ha planteado la empresa estatal es la fundamental, los demás actores complementan de esta manera el funcionamiento de la economía

Laura Prada: ¿Por qué Ayuban? Bienvenido. ¿Por qué convertirlo en ley y tenerlo en la ley máxima del país?

Dr. C. Ayuban Gutiérrez Quintanilla: A ver, la economía es un sistema y es un sistema que, además está regido por leyes que son objetivas y que establecen el movimiento de este, de este sistema lo que pasa es que desde la, desde los inicios de la historia de la humanidad decía Karl Marx que la historia de la humanidad es la lucha, la historia, la lucha de clases, pero al mismo tiempo es la historia de cómo desde el poder se trata de construir relaciones que estabilicen el sistema, porque se reconoce como un principio que es muy difícil desarrollarse sin estabilidad económica, social, etcétera. Por lo tanto, no se puede reproducir el poder, sino hay cierta estabilidad. Y en eso juegan un papel en mi criterio, de no especialista como jurista, pero el punto de vista de economista político, juega un papel importante todo el marco regulatorio, en este caso que hablamos de la Constitución como marco general en que establece todas estas relaciones.

Juega un papel fundamental porque trata de darle estabilidad a ese sistema dentro de determinado marco, cosa que es esencial hoy, no se puede entender o no sé si exista compañera jurista, no sé si conocerá algún país que no tenga una constitución económica o que al menos tenga, algún conjunto de leyes superiores, etcétera, fundamentales que no regule al menos los fundamentos, los principios económicos de una, de una sociedad.

Laura Prada: Johana, bienvenida.

Dr. C. Johana Odriozola Guitart: Gracias.

Laura Prada: Por favor.

Dr. C. Johana Odriozola Guitart: Yo creo que los compañeros que me preceden de alguna manera explicaron los elementos fundamentales.

El artículo primero de la Constitución dice que Cuba es un Estado de Derecho y de Justicia social, y para hacerlo tiene que tener un ordenamiento jurídico que está precedido, que la norma fundamental es la Constitución y en todos esos aspectos que regula la Constitución está lo que viene es como que, a delimitar el ámbito de actuación, desde el estado, los agentes económicos y las personas y ciudadanos, es decir que todo lo que se regulan en la constitución viene haciendo como el espacio de delimitación para conocer cuál es el sistema político, económico, el sistema de derecho que cada país tiene.

En el caso nuestro, como en muchos otros cómo se explicaba hay un aparte para los fundamentos económicos, que viene siendo el punto de partida para todo el ordenamiento jurídico económico que va a existir en el país y que son los elementos que a partir de eso tenemos que construir el resto de las relaciones de las que se hablaba

Laura Prada: ¿Por qué a pesar entonces, ahora que usted avanzaba sobre este tema y yo quisiera preguntarles, por qué a pesar de haber sido ampliamente debatido el texto constitucional a todos los niveles en nuestro país y por un tiempo bastante prolongado, por qué aún persiste hoy cierto desconocimiento y se llega hasta manipular esos fundamentos que se explican y se detallan en la Constitución?

Dr. C. Johana Odriozola Guitart: Bueno, yo creo que puede ser que haya temas en los que tenemos que insistir por falta de cultura jurídica que pueda haber, porque se dan, bueno, pasa el tiempo después que se aprueba una constitución y bueno, se van emitiendo leyes, pero realmente es un referente obligatorio para cualquier actuación y para cualquier definición posterior de comportamiento de todos los que estamos bajo la jurisdicción de un estado, por tanto, yo creo que a veces a lo mejor no, no explicamos lo suficiente, no hay suficientes espacios, a lo mejor de debate sobre estos temas, pero ciertamente a la Constitución hay que ir cuando se habla de cualquier tema y en particular cuando se refiere a los temas económicos, los fundamentos económicos vienen siendo la brújula del desarrollo o la articulación de todo lo que se diseña posteriormente .

Más información…

 

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Aramís Delgado, Premio Nacional de Teatro 2023

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Por Yuris Nórido.

El actor Aramís Delgado ha sido reconocido con el Premio Nacional de Teatro 2023, según la decisión de un jurado que sesionó en Camagüey, ciudad que acoge los actos centrales por el Día del Teatro Cubano.

Se premia un relevante itinerario de la escena cubana. Se trata de un actor que ha integrado reconocidas agrupaciones cubanas.

Más de medio centenar de instituciones hicieron propuestas, entre las que resultaron nominados también Raquel Carrió, Juan González Fife y Míriam Muñoz.

El Premio Nacional de Teatro Gerardo Fulleda León, miembro del jurado, destacó la excelente labor de Delgado, su sensibilidad y carisma.

Camagüey acoge por estos días la Jornada Ciudad Teatral, encuentro escénico que reúne artistas y compañías en una programación que sustituye al Festival Nacional de Teatro.

 

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Saberse cubano

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José Martí. Foto: Radio Habana Cubabandera

 

En palabras de Fernando Ortiz: “En la cubanidad hay algo más que un metro de tierra mojado por el primer lloro de un recién nacido, algo más que unas pulgadas de papel blanco marcadas con sellos y garabatos simbólicos de una autoridad que reconoce una vinculación oficial, verdadera o supositiva”. Nacionalidad más allá de la ciudadanía, vínculo humano e histórico más allá del vínculo jurídico.

En términos más poéticos aún, resumiría a la cubanidad como una “condición del alma”, un “complejo de sentimientos, ideas y actitudes”, y establecería una distinción entre lo que pudiéramos llamar cubanidad y lo que sería, a su juicio, la cubanía. Esta última sería una suerte de estadio superior, una asunción plena y consciente de la particular esencia del cubano en el entramado mayor de la especie humana: cubanidad sentida y deseada, responsable; cubanidad forjada en la fe, la esperanza y el amor.

El patriotismo, que vendría a ser una forma genérica de la cubanía, ha sido por estos días tema de ardua discusión en las redes digitales, en esa burbuja que encierra una parte de nuestra sociedad. El hecho de que ese patriotismo, esa cubanía, hoy se halle menoscabada es algo que pudiéramos entender como insertado dentro de una crisis cívico-moral, una crisis de valores, mucho más profunda, y que se remonta a la década de los 90, aquellos años difíciles del periodo especial que no solo trajeron precariedad, sino también pérdida del sentido de futuro.

No es algo nuevo. Fernando Martínez Heredia lo afirmaba hace casi 10 años: “Un pueblo que tenía un enorme aprecio por su historia y la consideraba parte muy importante de su ser nacional, rasgo que a partir de 1959 fue potenciado a un grado altísimo por sentimientos y convicciones revolucionarios masivos, un pueblo que fue escolarizado y dio un salto colosal en sus niveles educacionales en solo 30 años, ha visto disminuir sus conocimientos y su interés por la historia nacional a un grado realmente alarmante. Advierto dos causas principales de ese hecho, diferentes entre sí. Una es el grave deterioro de nuestro sistema escolar, dentro del cual el de la Historia sería un caso, y la otra es la apreciable disminución del orgullo de ser cubano. Esta última es la peor, porque afecta uno de los pilares básicos de las capacidades de resistencia, combate, sacrificios, desarrollo como seres humanos, patriotismo e internacionalismo que han asegurado la fuerza y la permanencia de Cuba soberana y socialista frente a tantas dificultades, carencias y errores, y frente a Estados Unidos, que es el mayor enemigo de Cuba y de la humanidad”.
En el contexto actual, con un alza muy dolorosa de emigración y en momentos de incertidumbre económica, es comprensible que haya cubanos que decidan buscar mejor fortuna en otros lares. Lo que sí es imperdonable es que esos cubanos abjuren de su historia, que es nuestro pasado en común; lo que sí es triste y patético es que renuncien a sus “cubanismos”, que adopten sin ambages otra idiosincrasia, y, más penoso, que vuelquen sus más pérfidos sentimientos hacia esa comunidad histórica que les sirvió de seno materno. Peor aún es que haya cubanos en esas mismas condiciones que no se han ido a ninguna parte, que están aquí: evidentemente, nadie es patriota por quedarse (parafraseando a Galeano).

Pero esa pérdida de cubanía, de plenitud en la cubanidad, no es algo que podamos conectar de manera exclusiva a los avatares del presente. Es un fenómeno tan viejo como nuestra misma nacionalidad, y así lo dictaminaría Fernando Ortiz, al que volvemos en el final:

“Hay cubanos que, aun siéndolo con tales razones, no quieren ser cubanos y hasta se avergüenzan y reniegan de serlo. En estos la cubanidad carece de plenitud, está castrada. No basta para la cubanidad plena tener en Cuba la cuna, la nación, la vida y el porte; aun falta tener la conciencia. La cubanidad plena no consiste meramente en ser cubano por cualesquiera de las contingencias ambientales que han rodeado la personalidad individual y le han forjado sus condiciones; son precisas también la conciencia de ser cubano y la voluntad de quererlo ser”.
Como Martí, decimos que el hombre verdadero no mira de qué lado se vive mejor, sino de qué lado está el deber; y nadie puede decir que Martí no es una de las raíces fundamentales de la condición cubana. En clave de Derrida, injertando lo mejor del mundo, la cubanidad y la cubanía no son herencias: son una tarea. Y a los que nos sentimos patriotas, a los que cumplimos con ese deber de sabernos cubanos, nos toca hacer que ese proyecto de nación seduzca a la mayoría, nos toca luchar porque esa condición plena de cubanidad, esa cubanía, no sea atributo de unos pocos. Para ello, no basta con volcarnos al pasado: hay que, necesariamente, reinventar el futuro, rescatar esa promesa que aún hoy sigue siendo la Cuba revolucionaria.

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