Diputados llaman a cerrar la brecha del embarazo adolescente: Son niñas, no madres.

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La fecundidad y el embarazo adolescente constituye un desafío urgente dentro de la dinámica demográfica cubana que requiere una mirada integral desde toda la sociedad, porque su impacto trasciende la problemática de salud que supone para esas niñas y sus bebés, coincidieron diputados de las comisiones de Salud y Deporte y de Atención a la Juventud, la Niñez y los Derechos de Igualdad de la Mujer en los debates al primer periodo ordinario de sesiones de la X legislatura.

El 18,9 por ciento (%) de los nacimientos de 2023 corresponden a mujeres entre 12 y 19 años de edad, trascendió en información a los parlamentarios.

Al intervenir en el debate el Doctor en Ciencias Antonio Aja Díaz, director del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Habana subrayó que este es un tema que está disfuncional en la fecundidad cubana y presente en más de 90 municipios del país.

Si bien Cuba muestra al cierre de 2022 una tasa de fecundidad adolescente 50,6 (nacimientos por 1 000 mujeres de 15 a 19 años), seis provincias están por encima de ese indicador: Las Tunas, Granma, Guantánamo, Camagüey, Santiago de Cuba, Ciego de Ávila. “Son todas provincias con más defunciones que nacimientos, menos Guantánamo, pero esa base de nacimientos está sobre la base de fecundidad adolecente”, alertó.

Aunque la gestación es un asunto directamente vinculado al Ministerio de Salud Pública (Minsap), es un problema social porque estamos hablando de niñas de 12 a 19 años. No significa que el Programa Materno Infantil no intervenga, sino que todos los organismos tienen que estar al tanto, dijo Aja.

“Hay que saber en las aulas cuántas ausencias hay por esta causa. Detrás de la fecundidad adolescente hay problemas sociales en la familia, que se transmiten de una generación a otra. La hija de una madre adolescente, muchas veces termina siendo también madre en edades tempranas de la vida”, apuntó.

El director del Cedem explicó que Cuba ha tenido un comportamiento de la fecundidad donde ─ luego de la década del 60 cuando hay un boom de nacimientos─ se produce a partir de 1978 un descenso de este indicador, que hoy se ubica en una tasa global de fecundidad de 1.41 hijos por mujer. Es un comportamiento de países desarrollados, también evidencia de las políticas de la Revolución.

Buscar más nacimientos no puede ser a costa de la fecundidad adolescente, dijo.

De acuerdo con Arelys Santana Bello, presidenta de la Comisión de Atención a la Juventud, la Niñez y los Derechos de Igualdad de la Mujer, existen barreras de acceso de las y los adolescentes a servicios de salud sexual y reproductiva.

Al presentar el informe sobre la evaluación del impacto de las acciones aprobadas en la política para la atención a la dinámica demográfica, en lo relativo a la situación del embarazo adolescente en el país, Santana Bello dijo que la influencia de las inequidades de género impacta no solo en la decisión de adolecentes de continuar el embarazo, sino que están interviniendo desde la iniciación sexual, cada vez a edades más tempranas de la vida, e incluso limitan la negociación en cuanto a la anticoncepción.

“Aunque se priorizan acciones educativas, informativas y de comunicación social, resultan insuficientes las acciones debido a la complejidad de los cambios que implican la adopción de conductas responsables”, destacó.

Las adolescentes usan menos la anticoncepción que las mujeres de edad más avanzada, apuntó.

Dijo que en las zonas rurales han avanzado en cuanto a estrategias de empoderamiento de las mujeres; sin embargo existe la creencia de que el embarazo puede ser una vía de migración, para mejorar su bienestar, salir de la pobreza de la familia de origen e incluso algunas creen que es un modo de lograr independencia.

Agregó que en los lugares visitados por los diputados, resultaron más proclives los embarazos tempranos, las adolescentes mestizas y negras, residentes en entornos rurales, desvinculadas del estudio y el trabajo, en viviendas con bajos ingresos y en condiciones precarias.

Se identificó como una de las problemáticas la deficitaria disponibilidad de métodos anticonceptivos en las farmacias y la baja percepción de riesgo sobre las prácticas sexuales sin protección, así como la poca autonomía de las muchachas sobre el uso de estos métodos.

“Al no existir un hogar materno por municipio constituye una problemática la negativa de las gestantes adolescentes a ingresar en este tipo de institución por el distanciamiento a sus seres queridos, unido a las dificultades con el transporte”, agregó.

Destacó que la mayoría de los infantes que nacen de estos adolescentes son asumidos por los abuelos.

Calificó de primordial el trabajo de promoción y educación para la salud y llamó a incentivar las acciones de los medios de comunicación y el Programa del Médico y la Enfermera de la Familia en la prevención de la gestación temprana.

Dijo que entre las acciones fundamentales se ubica el fortalecimiento de los 168 servicios municipales de planificación familiar, con recursos humanos certificados y cobertura de anticonceptivos.

“Hay que promover más la maternidad y paternidad responsable”, dijo, pues también existen casos de padres menores de 19 años. 

Mantener la continuidad de la escolarización de las embarazadas adolescentes es otra prioridad, como vía de dotarlas de un mayor desarrollo personal y profesional.

Asimismo, convocó a evaluar la pertinencia de recuperar la creación de un hogar materno en cada municipio.

Trabajo en comisiones Asamblea Nacional. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Mariela Castro Espín, diputada por el municipio Plaza de la Revolución, e integrante de la comisión de Salud y Deporte, refirió que es urgente la aprobación de la actualización de la política de la educación integral de la sexualidad, hoy paralizada.

“Tenemos que articular mejores acciones. A partir de los años 90 se llevó un trabajo con resultados, pero no han sido sostenidos con el tiempo. La Educación Integral de la Sexualidad es un programa fundamental porque es en el centro escolar donde los niños permanecen gran parte de las horas del día y es donde reciben valiosos elementos sobre la sexualidad. No solo recomiendo que se apruebe, sino que se active nuevamente el programa de implementación de la sexualidad en la escuela, que traería consigo una actualización del reglamento escolar”, consideró.

“De por sí el embarazo en la adolescencia es de riesgo. Se debe comenzar el trabajo educativo desde la comunidad, hay que socializar lo que es el embarazo de riesgos, la planificación familiar y la sexualidad protegida”, dijo Francisco Ricardo González, diputado por Santiago de Cuba y médico intensivista.

“Aún hay tabúes en comunidades periféricas, que por temores no buscan acceso a centros de salud sexual o reproductiva. Son gestantes que ocultan embarazos, esto lleva a la captación tardía, o a abortos clandestinos. Todo esto puede provocar enfermedades de alto resigo en el recién nacido y en la gestante”, señaló.

En la educación para la salud y el trabajo intersectorial colocó Esteban Lazo, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, uno de los principales retos para revertir la problemática de la fecundidad adolescente.

Es en los consejos populares donde están esas adolescentes y donde podemos revertir esos resultados, apuntó la doctora Ailuj Casanova Barreto, jefa del Departamento de Atención Primaria de Salud del Minsap.

“Hay que acompañar a nuestros médicos, conducirlos para que logren una labor priorizada en la atención primaria de salud. Hoy contamos con 44 724 médicos a este nivel y próximamente estaremos abriendo más consultorios. El control tiene que ser una herramienta fundamental para los cuadros en el seguimiento diario”, dijo.

La fecundidad adolescente es un tema prioritario para la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), sostuvo Teresa Amarelle, secretaria general de la FMC.

“No se trata de evitarlo a costa de interrupciones voluntarias de embarazo, queremos lograr una educación responsable de la sexualidad en las y los adolescentes y la articulación de Salud y Educación es esencial”, dijo la secretaria, quien llamó la atención sobre un elemento que incide directamente sobre este tema: las uniones tempranas de muchachas con hombres que difieren en edad de estas, en una media de 10 años e incluso más.

Aylín Álvarez, primera secretaria de la UJC, comentó que es necesario saber cuáles son los paradigmas y patrones de los jóvenes y qué hacen cuando están en sus casas.

“Todo esto forma parte de este ciclo que hay completar. Hay que llevar más información a estos adolescentes. En la escuela se debe hablar de sexualidad”, aseguró.

De acuerdo con el ministro de Salud Pública, José Angel Portal Miranda, una problemática aún mayor dentro de la propia fecundidad adolescente es el incremento, cada vez más, de los embarazos en edades todavía más tempranas, por debajo de los 15 años. “En junio de 2022 la fecundidad adolescente entre los 12 y 14 años estaba en 3.8%, y al finalizar junio de este año, ese indicador aumentó a 5.4”, precisó.

Para la vicepresidenta de la Unión de Juristas de Cuba, Yamila González Ferrer, hay más de una mirada de análisis ante este problema, que pasa por la cultura jurídica que tengamos alrededor de este fenómeno. “Cuando vemos a una niña de 12 años con un hombre de cuarenta o de 20 tiene que quedarnos claro que es un delito de violación, porque es una menor de edad. Necesitamos que nuestros médicos y maestros se capaciten. En esto se deben preparar todas las personas”, apuntó.

Se refirió además al derecho de las niñas a decidir sobre sus cuerpos. “Hoy tenemos establecidos que esa interrupción voluntaria de embarazo tiene que ser con el consentimiento de los padres, pero muchas veces son las madres y padres los que las incentivan a tener embarazos e incluso a mantener relaciones de pareja con hombres mayores”, afirmó. Seguir leyendo.

Tomado de: Cubadebate

 

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