El 8 de noviembre es el Día Mundial de la Radiología, una fecha ideal para conocer el rol que juega esta especialidad en la salud de las personas.
Gracias a la radiología hoy en día se pueden curar fracturas, poner prótesis adecuadas a cada situación, observar la evolución y desarrollo de los fetos y poder conocer la condición real de un cerebro. Y todo esto, sin tener que someter a una persona a cirugía u otro tipo de intervenciones dolorosas.
Un poco de la historia de la radiología
La fecha de este día se tomó de la fecha exacta del descubrimiento de los rayos x por Wilhelm Conrad Roentgen, quién en 1895, realizando un experimento con rayos catódicos y ampollas de vidrio al vacío, notó que cuando la corriente atravesaba la ampolla, se producía un efecto fluorescente, algo que también ocurría sobre la placas fotográficas. Este científico llamó a su descubrimiento rayos x.
Tiempo después Roentgen informó al gremio científico y médico, que con estos rayos podía ver el interior del cuerpo de una persona y a los 3 meses de su descubrimiento, ya se estaban reproduciendo radiografías en los hospitales de las grandes ciudades.
Riesgos laborales de los radiólogos
Este día mundial, también busca dar a conocer los riesgos laborales de ser radiólogo,
así como incentivar la búsqueda de nuevas tecnologías y nuevos métodos
para obtener placas. Entre los principales riesgos de esta profesión
tenemos los siguientes:
Desarrollo de diferentes tipos de cáncer.
Mutaciones genéticas.
Infertilidad.
Ceguera.
Destrucción del sistema inmune.
Enfermedades cardiovasculares.
Perdida del cabello.
Problemas en los riñones.
Para evitar estos riesgos un radiólogo debe utilizar un traje especial o trabajar en una cabina blindada, además, debe tener largos periodos de descanso en su profesión y saber cuál es el nivel mínimo indicado de radiación para cada tipo de placa.
El empleo de anillos de silicona o pesarios cervicales, procedimientos ginecológicos para prevenir partos prematuros y el nacimiento de niños bajo peso extremo, ha beneficiado a unas 450 gestantes en la provincia de Guantánamo, territorio marcado por apreciables índices de nacimientos precoces.
Humberto Velázquez Romero, jefe del Programa Materno Infantil
en el territorio, subrayó que la prematuridad es de las principales
causas de muerte en menores de un año, y aseguró que el seis por ciento
de los partos son precoces.
El uso de anillos de silicona, método no
invasivo se utiliza en mujeres con el cuello uterino corto (menos de 25
milímetros) y sin infecciones vaginales o urinarias, durante el segundo
trimestre del embarazo (22 a 34 semanas), para evitar el parto
prematuro.
Estos implementos son de fácil
colocación y extracción, se introducen por vía vaginal alrededor del
cuello uterino sin intervención quirúrgica, y permiten prolongar el
embarazo hasta las 36 semanas en más del 70 por ciento de las gestantes.
La prematuridad es de las principales
causas de mortalidad o de enfermedad grave posterior del recién nacido
afirmó el especialista e indicó que en la actualidad existen en el
territorio 39 gestantes con criterio para el empleo de anillos de
silicona, de los cuales se han insertado 16.
La provincia cuenta con el personal capacitado para esta práctica en los hospitales de Baracoa, Guantánamo, y en los hogares maternos.
Especialistas de Argentina, España, México y Estados Unidos, que participarán en el V Congreso cubano de Imagenología, del 6 al 8 de noviembre, en La Habana, profundizarán e intercambiarán experiencias sobre los principales problemas de esa rama médica.
La disminución en la producción de estrógenos que experimentan las
mujeres en el periodo de la madurez a la vejez conocido como climaterio,
aumenta la posibilidad de que padezcan múltiples enfermedades, entre
las que sobresalen las cardiacas y la osteoporosis.
Al ser el estrógeno una hormona muy importante para el organismo
femenino pues le ayuda a cumplir diversas y significativas funciones, su
reducción generará también sofocos, sudoración, resequedad vaginal,
insomnio, irritabilidad y cambios de humor, entre otros síntomas, indicó
Cuauhtémoc Celis, presidente de la Federación Mexicana de Colegios de
Obstetricia y Ginecología (Femecog).
En tanto Imelda Hernández, especialista en ginecología endócrina y
menopausia, añadió que además de elevar el riesgo de males
cardiovasculares y osteoporosis, ese déficit puede complicar
padecimientos crónicos ya existentes.
La especialista indicó que de acuerdo con la Secretaría de Salud
(SSA) en México cada año fallecen más de 34 mil mujeres por enfermedades
del corazón y una de cada tres de más de 50 años tendrá al menos una
fractura osteoporótica.
Frente a ese panorama los expertos las instaron a acudir
oportunamente al médico para ayudar a prevenir padecimientos y recibir
el tratamiento adecuado, en caso de ser necesario, para así tener “la
oportunidad de disfrutar y sentirse plenas durante esta etapa tan
importante de la vida”.
De igual forma la terapia hormonal estrogénica puede ayudar a aliviar los síntomas y protegerlas contra las enfermedades propias de ese tiempo de transición que se presenta entre los 35 y 65 años de edad. (Notimex).
Los objetivos principales de esta jornada son promover las acciones para la prevención de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, centrar la atención sobre las nuevas tendencias en el ámbito de la seguridad y la salud en el trabajo así como sobre la magnitud de las lesiones, enfermedades y muertes relacionadas con la actividad laboral.
Con el objetivo de mantener las condiciones seguras e
higiénicas en cada área laboral y que los empleadores, jefes directos y
trabajadores adquieran conciencia acerca de la necesidad de cumplir las
normas de seguridad, se celebra durante todo el mes de noviembre en
nuestro país la Jornada Nacional de la Seguridad y Salud en el Trabajo, que en este año tiene como tema central «Llega a tu destino sin accidente vial».
La política de Seguridad y Salud en el Trabajo incluye:
-La responsabilidad a todos los niveles del Sistema Nacional de
Salud (directores provinciales, directores municipales, dirigentes
sindicales y trabajadores) en la mejora continua en materia de Seguridad
y Salud en el Trabajo.
-La prevención de los incidentes, accidentes de trabajo,
enfermedades profesionales y otros daños a la salud en el ámbito laboral
y medio ambiente.
-La protección especial a mujeres, jóvenes y trabajadores con reducción de su capacidad laboral.
-La realización de los chequeos médicos periódicos y la capacitación de los trabajadores.
Derechos de los Trabajadores vinculados con la Seguridad y Salud en el Trabajo:
-Laborar en un ambiente de trabajo seguro e higiénico.
-Recibir la instrucción inicial, específica y periódica sobre las reglas de seguridad en el puesto de trabajo.
-Recibir los equipos y medios de protección personal que necesiten
en el puesto trabajo que desempeñan de forma gratuita de acuerdo al
periodo de vida útil.
-Conocer a través de la organización sindical el resultado de las
inspecciones estatales y sindicales de protección, sanitaria y contra
incendios que se realicen en el centro de trabajo, con el fin de exigir
el cumplimiento de las medidas que se dicten para minimizar o eliminar
los riesgos.
-Realizarse los chequeos médicos PRE-empleo, periódico y
especializados, con el objetivo de conocer sus aptitudes y estado de
salud para desempeñarse en el puesto de trabajo.
-Ser calificados o recalificados si sufren reducción de su capacidad
de trabajo y ser reubicado en puestos acordes con la nueva aptitud
laboral que posean.
Deberes de los Trabajadores vinculados con la Seguridad y Salud en el Trabajo:
-Cumplir las instrucciones y regulaciones de Seguridad y Salud, incluidos en los Procedimientos de Trabajo y/o Reglas del Puesto de Trabajo, así como emplear los métodos seguros en sus labores.
-Colaborar en la inspección estatal y sindical de protección e higiene del trabajo, así como en las investigaciones de los accidentes del trabajo y enfermedades profesionales que se produzcan en su centro de labor.
-Utilizar, conforme a las normas establecidas, los equipos de protección personal y contra incendios, dispositivos y otros medios de protección humana, así como velar por el buen uso, conservación y mantenimiento de los mismos.
-Colaborar en el cumplimiento de las medidas de erradicación de las condiciones inseguras en el entorno laboral.
-Acudir a los exámenes médicos periódicos y especializados en las fechas que les sean señaladas.
-Asistir a los cursos, seminarios y conferencias que les sean impartidos, así como obtener los conocimientos y habilidades que su puesto requiera.
-Colaborar en la identificación y la evaluación de riesgo que se realicen para el mejoramiento de las condiciones de trabajo.
-Participar en la investigación de los incidentes y accidentes de trabajo.
Incontables son los episodios que confirman la enorme resiliencia de
los cubanos y las cubanas. En octubre de 2016, la nación entera volcó su
solidaridad hacia la provincia de Guantánamo, golpeada con saña por el
huracán Matthew, de categoría 4, con una velocidad de traslación de 15
kilómetros por hora y destructivos vientos de 220 kilómetros por hora.
Como millones de mis compatriotas, contribuí en la confección de
paquetes de ayuda para los damnificados, y aunque el evento
meteorológico impactó por igual en los municipios de Maisí, Imías, San
Antonio del Sur y Baracoa, yo me identifiqué particularmente con esta
última, la Villa Primada, porque a raíz de la tragedia sufrí un shock
psicológico al ver en Facebook la imagen de una pareja de baracoenses
abrazados en medio de una destrucción total. Se habían quedado sin nada;
solo se tenían el uno al otro. “Y a Cuba”, pensé de inmediato mientras
contemplaba ese testimonio gráfico.
Entonces me juré que haría algo por aquellos seres anónimos desde mi
pequeño espacio vital. Una de mis primeras acciones fue buscar en la red
noticias locales, lo cual me llevó al portal de Radio Baracoa. Me
admiró la agilidad de sus emisiones, con información minuciosa del
desastre, pero también de las labores recuperativas. Les envíe mis
palabras de apoyo y continué “conectada” con la localidad de manera
permanente.
Un día, leí un texto de la periodista Eliannis Legrá Rodríguez
titulado “Un mensaje, unas lágrimas”, publicado el 18 noviembre de 2016.
Mi identificación con esa familia fue total, porque la reportera
escribió lo que a continuación reproduzco:
“¡Ay mami, me están saliendo las lágrimas!, fue lo primero que dijo una de mis pequeñas al leer lo que estaba escrito en un recorte de papel dentro de una bolsita de nylon que contenía unas libretas, y encima, este mensaje: ‘No pierdan la esperanza’ (…) Gracias por tan delicadas palabras, que llevo en mi mente y repito y repito a quien encuentre para que todos sepan que siempre hay un alma generosa y buena. Gracias por tanto amor”.
Se trataba de un paquete de donación recibido por Eliannis y los
suyos desde algún rincón de esta isla inmensa. Nunca supieron quién lo
escribió, probablemente un pionero cubano, pero la semilla de la
confianza quedaba plantada. Los baracoenses resistieron y también se
recuperaron. Desde entonces soy seguidora habitual de esa emisora local,
pero potenciada hacia el exterior debido a las bondades de internet. A
través de Facebook no solo me estremecí de dolor ante la foto de dos
desconsolados desconocidos, sino que inicié una amistad verdadera que
dura hasta hoy.
Por eso, animada por la convocatoria a denunciar el impacto del
insensato bloqueo estadounidense contra mi patria, necesariamente he
vuelto a Baracoa desandando esos afectos y vínculos. Sus entregas
laboriosas permiten que amplíe mis conocimientos sobre las incidencias
heroicas de la localidad. Así supe del doctor Abel Oslé Matos, director
del Hospital General Docente Octavio de la Concepción y de la Pedraja.
Aguijoneada otra vez por la capacidad de resiliencia lo entrevisté para
Cubadebate.
Sacerdocio por la vida
“Es difícil no definir un antes y un después de Matthew. Nuestro
municipio sufrió mucho, quedó destrozado. Sin embargo, también fuimos
testigos de hechos hermosos y de sacrificio de colegas, y de la
población en general. Nuestro hospital se convirtió en un centro de
evacuación y garantizó su vitalidad todo el tiempo. Hasta una cesárea se
realizó mientras pasaba el huracán, y tuvo un buen final.
“En fin, en medio de la tormenta la institución se mantuvo firme como
un faro que da aliento a todos aquellos que necesitan amparo. Después,
fue cuestión de días para recuperarnos de los daños materiales con el
apoyo colosal de todo el país”. Fueron las primera palabras del galeno,
graduado en el 2001 y actualmente Máster en atención integral a la
mujer, y diplomado en perinatología”.
Al frente del Hospital General Docente de Baracoa desde marzo de este
año, Abel Oslé Matos, con solo seis meses de servicio allí, tiene un
profundo vínculo con su centro de trabajo, al que se dedica por entero
desde que abre los ojos cada día. Siente un gran orgullo por sus
compañeros: “Indudablemente, la principal fortaleza de nuestro hospital
es su gente, su carisma, su humildad y su compromiso a la hora de
enfrentar las dificultades que aparecen en cada jornada”.
Considera que plantarle cara al bloqueo yanqui “es una lucha sin
cuartel desde diferentes ángulos: el sindicato, la UJC, el Partido y la
administración desde sus diferentes aristas buscan soluciones enfocadas
en un único objetivo, enfrentar esa política y las medidas y
restricciones que nos impone. Realmente no hay decisión tomada en la que
no estén implicados todos los factores del centro hospitalario”.
“El bloqueo -afirma- se ha convertido en parte de nuestra
cotidianidad, de nuestras vivencias y de nuestra motivación en algunos
casos, y como buenos cubanos aprendemos a crecernos, a adaptarnos”.
Es importante subrayar que esa adaptación no es ni mucho menos
cruzarse de brazos, caer en la inacción o la resignación. La
perseverancia guía cada una de las medidas que toma la dirección de la
institución para ofrecer un servicio de excelencia. “Si algo tiene
nuestro colectivo, es que no se detiene a lamentarse por las carencias.
Diariamente se definen en la entrega de guardia las dificultades en la
jornada anterior y se precisan las estrategias para la nueva, las
gestiones y soluciones a buscar, y luego nos lanzamos a trabajar con el
propósito de ofrecer la mejor atención posible a los pacientes. Eso sí
no lo ha logrado disminuir el bloqueo”, recalca el entrevistado.
El doctor Abel Oslé es una persona cabal y limpia: “Mentiría si
dijera que no hay insatisfacciones; existen, y aunque no son reiteradas,
sí se discuten diariamente para buscarles una solución. Hay en nuestro
centro una comisión creada al efecto, que cada día recoge el estado de
opinión de la población, de pacientes y familiares, así como también de
los trabajadores, para estar alertas ante las inconformidades, quejas,
sugerencias, e incluso opiniones positivas. Lo más importante es saber
definir cuáles de estas quejas o inconformidades dependen del hombre;
esas son más fáciles de resolver, pues no dependen de una inversión de
recursos materiales sino del trato y el amor que reciben nuestros
pacientes”.
El Hospital General Docente Octavio de la Concepción y de la Pedraja,
cuyo colectivo está integrado por 1 267 trabajadores, atiende a la
población de los municipios de Baracoa, Maisí, Imías y San Antonio del
Sur. Cuenta con 302 camas; de ellas, 284 en uso. Y tiene, como todas las
instalaciones de su tipo en el país, los servicios imprescindibles,
desde laboratorio clínico y varias consultas hasta unidades quirúrgicas y
servicios de hemodiálisis puestos a disposición de 125 000 pobladores.
Cubadebate conoció que en el centro hospitalario están instalados
siete riñones artificiales que brindan atención a 36 pacientes, quienes
son recogidos en la puerta de sus casas y conducidos hasta el hospital,
tanto desde Baracoa como desde los municipios lejanos. La institución
tiene garantizado esa opción de traslado a partir de un contrato con las
empresas local de taxi. Y a pesar de las dramáticas horas que se han
vivido con las nuevas restricciones impuestas al país por la
administración estadounidense, en Baracoa se “rieron” con esa vuelta de
tuerca. Porque, tal y como señala el doctor Abel, el cubano ya viene de
regreso de tanta locura.
A mal tiempo buena cara
“Estos últimos meses han sido bastante tensos, pero han servido para
volver a la carga contra las deficiencias de recursos, combustible y la
necesidad de ahorrar lo que tenemos, y para activar nuestras iniciativas
e inventiva. Aquí se aunaron todos los sectores y niveles de decisión
pensando siempre en soluciones y en ayudar a la economía”, cuenta el
director del hospital de Baracoa.
A raíz de la situación coyuntural reciente, el consejo de dirección
del hospital definió e implementó un conjunto de medidas que permitieran
el ahorro de los portadores energéticos, garantizando la continuidad de
los servicios prestados.
“No se dejó de ofrecer ninguno de nuestros 36 servicios de salud, al
tiempo que en las áreas administrativas se logró el ahorro de hasta 4 Mw
semanales con respecto al consumo habitual. Estas medidas llegaron a
nuestro centro para quedarse; para educarnos en el potencial tan grande
que representa el ahorro para nuestro país, y han sido motivo de
reflexión sobre cuánto podemos hacer aún por nuestra economía.
“Se han implantado cifras récord de ahorro. De los cinco metros
contadores de energía eléctrica del hospital, el denominado ‘de terapia’
ha registrado históricamente el mayor consumo porque a él están
conectados servicios como terapia intensiva, preparto y neonatología.
Sin embargo, sin afectación ninguna de la asistencia médica, y eso es
importante recalcarlo, se han logrado también ahorros significativos en
estas áreas, lo cual demostró todas nuestras potencialidades”, destaca.
Estas reflexiones lo llevan a otra fundamental: “Pienso que es
evidente que saldremos de esta, pues a pesar de los esfuerzos por
aplastar a la Revolución, Trump y sus lacayos están logrando unirnos
más. Puede ser impensable en otro país, pero los cubanos hemos aprendido
a sobreponernos, a levantar los pies cuando hay piedras en el camino.
Ya tuvimos una ‘escuela’ cuando el Período especial, que nos enseñó a
adaptarnos y a sobrevivir a las más crudas adversidades, y en esa
‘escuela’ terminamos con Título de Oro”.
Plan contra plan
Abel Oslé relata que “con apoyo del equipo de electromedicina,
recuperamos dos mesas quirúrgicas que estaban en desuso; es decir, de
baja, y creamos una mesa de cadera. Ese logro nos permitió uno mayor:
realizar en mayo de este año una hemiartroplastia izquierda de cadera,
luego de 15 años sin hacerse esta operación en el municipio por falta de
condiciones materiales y organizativas”.
Este tipo de cirugía en Baracoa es un éxito con doble significación.
Primero, porque el paciente gana mayor calidad de vida, y en segundo
lugar porque se evita su traslado hasta la capital de Guantánamo, que
era lo que sucedía hasta hace muy poco. ¿Y no es esto una forma
magistral de romper el bloqueo yanqui?
“Este año se han hecho tres operaciones de fractura de cadera”,
constata el orgulloso director del hospital baracoense. Se percibe su
confianza en el presente de luchas, pero también en el mañana porque
tampoco está solo, cuenta con el respaldo del colectivo. Y debe ser por
eso la permanente inventiva de los afiliados en el hospital a la
Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores que han presentado
valiosos trabajos al Fórum de Ciencia y Técnica.
Por intermedio de la imaginación creativa a la que no le valen
imponentes molinos de vientos, le han “alargado la vida útil a muchos de
nuestros equipamientos; por ejemplo, los de anatomía patológica, que se
mantienen trabajando con calidad, con lo cual contribuimos a disminuir
importaciones al país”.
“Es difícil cuantificar los daños del bloqueo a nuestro hospital,
comenzando por la falta de culminación del bloque hospitalario iniciado
en los años ochenta y que perdura como símbolo de carencias en nuestro
centro, pero no estamos detenidos”, agrega Oslé.
Entonces le explica a esta reportera sobre el continuado plan
inversionista: “Se trabaja en la unidad de cuidados intensivos y se
realiza el mantenimiento de otras salas del hospital”.
Se han reinaugurado otras áreas como el salón de partos y cesáreas,
la sala de ginecología, la sala de puerperio, el servicio de
neonatología y el de oncología, el área de cocina comedor y el
dormitorio de la guardia médica, así como el área del cuerpo de guardia
de adultos y la sala de emergencia. Al mismo tiempo se trabaja en el
mantenimiento de las salas de medicina, neonatología, las de
hospitalización de gestantes y perinatología.
Justo aquí es preciso hacer un alto para llamar la atención sobre
que, a pesar de la hostilidad y las medidas estadounidenses, el Hospital
General de Baracoa mantiene una tasa de mortalidad infantil de 2.1 por
cada mil nacidos vivos, por debajo de la proyección nacional, y una tasa
de mortalidad materna de cero. Son rotundas victorias si se tienen en
cuenta las carencias materiales asociadas al bloqueo: ausencia de
medicamentos e imposibilidad de adquirir piezas de repuesto para el
equipamiento clínico que van desde los ventiladores mecánicos y otros
equipos de climatización, los tomógrafos, ecógrafos y hasta las
incubadoras neonatales.
Una lógica de continuidad marca las jornadas baracoenses, también en
su institución insigne de la salud, la cual se encadena a los intereses
de la región en asuntos estratégicos como la natalidad: “Nosotros no
estamos ajenos al decrecimiento en los nacimientos a nivel de país. Cada
año nacen menos niños en nuestro municipio; sin embargo, se ha logrado
mantener una baja tasa de mortalidad infantil en nuestro hospital.
Pienso que el fenómeno es multicausal. Está determinado en parte por el
nivel cultural de la población, independientemente de que se pueden
relacionar varias situaciones materiales como la necesidad de viviendas y
la situación económica de la familia, que sí son afectaciones del
bloqueo.
“A pesar de eso, en Baracoa se trabaja arduamente por tratar de
disminuir la tendencia negativa. Un ejemplo de ello es el funcionamiento
de una consulta de infertilidad que ha logrado varios embarazos
clínicos. Estamos, además, enfrascados en apoyar a las madres con más de
dos hijos como parte de la política trazada por el país”.
Un legado y un propósito
En 1955 se inauguró el Hospital Civil de Baracoa, aunque solo tras el
triunfo revolucionario del 1º de enero de 1959 el pueblo sería su
centro de desvelos. En 1962 la institución fue dirigida por el doctor
rebelde Octavio de la Concepción y de la Pedraja, quien más tarde sería
uno de los fieles integrantes de la guerrilla del Che en Bolivia. Allí
cayó en combate el 12 de octubre de 1967 en la confluencia de los ríos
Mizque y Grande.
Ante ese legado, el doctor Abel Oslé Matos asegura que “es a la vez
un honor y un reto. Es como si a nuestro lado caminara el Che, alguien a
quien en lo personal he admirado siempre. A Octavio de la Concepción se
le rinde tributo en cada niño que nace, en cada paciente que sale de
alta, en cada solución a un problema de salud, y no solo en nuestro
país, sino también en los pacientes atendidos por nuestros
internacionalistas alrededor del mundo”.
Y es a ese vasto universo más allá de las fronteras de Cuba que este
consagrado galeno se dirige al final de la entrevista: “Realmente, el
mejor mensaje que se le puede dar al mundo aún lo estamos escribiendo en
la historia. Nuestra onda es la de David y está llena de sacrificio, de
esfuerzo, de amor, de ejemplos de heroísmo y, sobre todo, de unidad.
Debería avergonzarse el imperialismo porque sus patrañas y su política
podrida no resultan en nuestro país y solo logran unirnos más”.
A pesar del bloqueo -continúa-, “nuestro hospital, el más oriental
del país, tiene fuerzas para proteger a la población de Baracoa, de
Maisí e Imías. Se hace un esfuerzo inmenso por dignificar sus salas e
instalaciones y mejorar el confort no solo de las áreas de asistencia
médica sino también del dormitorio médico. Además, se trabaja arduamente
para garantizar la alimentación adecuada y balanceada de pacientes,
familiares y trabajadores. En fin, que a pesar del bloqueo existimos y
avanzamos. Estamos convencidos de que algún día esa actitud cavernícola
desaparecerá para convertirse en un recuerdo de lo absurda e inútil que
puede llegar a ser la política de la potencia más poderosa del mundo
contra una isla que piensa como país”.
Este cubano, casado y padre de una joven de 16 años y de una niña de
seis, tiene como anhelo cimero para su familia “formar bien a mis hijas y
enseñarles a amar a su patria para que un día sean personas de bien”. Y
en lo social, “ser obstetra, que es ‘el portero’, el que da la
bienvenida a los nuevos inquilinos de esta vida para seguir aportando
sonrisas a las familias baracoenses”.
No he tenido la oportunidad de ir todavía a Baracoa. A Eliannis Legrá
y a Radio Baracoa los sigo desde la web. Y al doctor Abel Oslé Matos lo
entrevisté online; no obstante, ando tranquila y segura al
igual que ellos, porque si unos años atrás me estremecí con el abrazo
doloroso de dos desconocidos que recorrió vertiginosamente el mundo
digital, hoy, en mi Cuba, la realidad nos hermana y nos une en la
resistencia cotidiana. Pero, sobre todo, en la convicción del
acompañamiento solidario.
Si volviera a cernirse una nueva desgracia meteorológica sobre cualquier punto de la geografía nacional, nos daríamos un abrazo colectivo y nos enviaríamos mensajes como aquel de “No pierdan la esperanza”, porque todos somos Cuba y seguimos luchando y trabajando por las conquistas sociales de la Revolución, en una tierra donde la salud pública es derecho de todos y prioridad del Estado.
Unos dos mil cuatrocientos colaboradores del sector de la salud en
Guantánamo laboran en 49 países, con el propósito de mejorar la calidad
de vida y reducir las muertes por enfermedades curables sobre todo en
comunidades pobres donde se carecía de asistencia médica antes de su
llegada.
De esa cifra el 76.9 por ciento se encuentra en la República Bolivariana de Venezuela, nación en la cual los galenos se vinculan a los programas Barrio Adentro y Operación Milagro, para ofrecer servicios integrales y especializados.
Rosaida Bandera Feijóo, jefa del departamento de colaboración en la
provincia, aseguró que las brigadas de salud también se encuentran
diseminadas en África, en países como Angola, Níger, Mauritania,
Argelia, Sudan, Namibia, Mozambique, Tanzania, Congo, Ethiopia, Ghana,
Timor Leste, Mauritania, Guinea Ecuatorial, Bostsuana y Sudáfrica,
entre otros.
Agregó que también el territorio tiene representantes en Haití,
Bolivia, Nicaragua, Hondura, Guatemala, Cabo verde, Jamaica, Trinidad y
Tobago, Antigua y Barbuda, Granada, Santa Lucia, entre otros países del
Caribe y América Latina.
Los colaboradores guantanameros forman parte de la brigada médica en Surinam creada recientemente con el fin de incrementar los servicios cubanos y de hacer válido el internacionalismo y la solidaridad, principios básicos de la Revolución cubana, con su máxima expresión en la cooperación.
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